lunes, 25 de febrero de 2013

http://www.youtube.com/watch?v=pf0rY1y2vws

simplemente no soy de este mundo, habito con frenesí la luna...





( Últimamente tomo el metro a las cinco. La gente concentra el frío en los omóplatos y se encoge sobre las butacas azules. Copias a máquina que se teclean en los vagones. Qué feroz culpabilidad acomete a la gente a las cinco de la tarde.  Tapan las portadas de los libros con papel de periódico. Tosen en voz alta. No tienen nada que decir y envuelven con palabras este silencio tan grave. Este silencio tan grave me lleva a ti con una insistencia mezquina.
es tu recuerdo y no el invierno quien me entumece las manos.  Puede que estés esparcida por algún lugar tras el océano. Pero yo te siento en mí como un puñado de piedras. Hunden tus piedras mi cuerpo en el cuerpo evanescente del río.
Entra una niña, juega a tu ausencia. No eres tú pero algo tiene de ti. Algo tiene de esa niña que aun no conozco y duerme en mi memoria. La que salta a la rayuela y recorre descalza planetas de cortina. Cuántas sombras anidan en sus ojos.  Quiero al pájaro negro que anida en tus ojos o en los suyos (quién pudiera diferenciar dos pájaros idénticos). Nadie merece que le regalen un pájaro. No merezco sus ojos verdes, grises. Tus ojos azules, grises ¿No lo sabes todavía?
La mujer que hay en la niña tiene los ojos transparentes. Ella se merece sus ojos desde ella al mundo, ellos que todo han visto detrás del balbuceo y el alquitrán. Que echen a volar sus ojos. Hay un cielo de preguntas que espera.) 

martes, 19 de febrero de 2013


ya está dicho
todo dicho
incluso que todo está dicho
no hay más letras que juntar
no hay más tinta que esparcir
sobre la fina palma de la celulosa.
No hay pronósticos. Ni idearios.
No hay amores de cerca o de lejos.
Dolor alguno que pudiera desdecirse
o traducirse o revolverse o perpetrarse
de otro modo.
No hay tristeza
que pese tanto como para quedarse en el fondo.
Y la inspiración, no la mía, la de todos,
esa antigua parturienta de dedos inflados
tiene ahora un hueco en el útero.

Y cómo huir de esa caverna
de esa húmeda mucosa de versos ya dichos
capaz de enfermar
a quiénes no entienden de poesía.
Cómo emanciparse de esa egolatría
de falso erudito
escribe-en-vertical.
Cómo no amontonar metáforas resabidas
si leemos a Rimbaud, a Verlaine
y nos sentimos libres
en una bella jaula de tristezas.
Libres como para fingir no haber dicho:

Nadie estuvo aquí, al raso,
cuando tú eras la agonía en la noche,
el tiempo, un frío más azul.
Ninguna caligrafía salió de mí
se recostó conmigo
cuando partió el tren de la vida
y te llevaba.

Y sin embargo, de nada sirve. Nada de todo esto me gusta.

Quisiera morir en la boca de Alejandra.

jueves, 14 de febrero de 2013

Aunque insistas en la luz
hay una sombra que te dicta.
Resigo, resigo tu sombra.
Llegaré a la luz.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Voy a hacer como que retrocedo
como que no coincido en esta horrible falta.
Tú me lanzas un bloque de hormigón
y yo invisibles palabras de agua
que resbalan sin que lo sepas por tus empeines.
Algún día sabrás que te he querido
que en un jarrón hay un bouquet du fleurs pour toi.
Caen mis palabras ahora sobre una superficie imantada
Escríbeme de vuelta,
llévame a una historia en la que te merezca.
Algún día sabrás,
lo pronostico
que ardo bajo la noche
bajo la nieve ardo
y no me quedan más silencios
para apagar tu ausencia
para aliviar esta lejanía en carne viva.



martes, 5 de febrero de 2013






A quién sino a ti
deberle la Klee
que abre enormes portones
por donde la luz dice azul
y se sonroja por no ser aun el revés de un anagrama.
Tú que sabes mejor que nadie
volcar el día como una vieja
vuelca un bolso para limpiarlo
Tú que hallas a la primera
en lugar de caramelos y pomadas
(fíjate solo con cruzar la calle)
un matojo de pies
que no ponen en voz alta la ruta
dos ruedecitas de carro que soportan
todo el peso de una mañana en el mercado
con sus tres tarros de mermelada
sus tiernas habladurías malintencionadas,
su perejil y sus consejos gratuitos e inservibles,
sus fresas, al fin, y el sol exacto
con el que poder restituir el reinado de la primavera
bendecir las tostadas, la ropa limpia,
maldita sea, 
el hermoso movimiento de tus manos.
Y si aun nos quedan fuerzas
para fingir una vez más 
que no nos queda un febrero menos
puede que estemos a tiempo
de no volvernos aquidistantes.