viernes, 13 de mayo de 2016

Eres sencilla. Por eso aún no te he escrito. Te recuestas en mi pecho y me oigo latir en tu rostro. Nos saludamos con los pies, nos bebemos, vibramos en el fondo, como el cristal del coche cuando vamos lejos.

Yo no sabía que se podía amar así, sin complejos, cogerte de la mano y atravesar el Museo, medirte la nariz. Aún no te he escrito, es cierto, pero gritaría con mis palabras la postura de tus hombros cuando piensas, el pliegue de tu muñeca cuando cuelas la pasta, el olor de tu ropa y la forma de tu labio cuando me amas.
Ya he dejado de decir y, de pronto, inventaría palabras para nombrar el miedo que tienes a que te diga adiós.
Pero yo no me voy, reexisto a tu lado. A dónde podría ir si pertenezco a donde tú terminas. Si termino, mi sencilla, sencillamente donde tú empiezas.


jueves, 30 de octubre de 2014



Sí, te dejo que me y luego cualquier verbo.
Estoy volcada en ti,
húmeda mercante,
como si pudieses devolverme
 junto al líquido la sed.
Me arrastra tu vuelo
Me sepulta tu jardín celeste
Y es placer, lo sé
pero no quiero hablar de flores todavía.
Insisto en ti y, sin embargo,
ansío la lírica del que no ama.

viernes, 24 de octubre de 2014



Ya no soporto esta intermitencia.
Me voy solo para creer que tengo un sitio al que llegar, que tiene sentido cualquier verbo que implique moverme de mí. Pero idiota, a dónde voy, cómo se huye. Sé de memoria los pliegues de mi cama a las dos de la madrugada. El sonido que hace el camión del reciclaje cuando se sacude los cristales. 
El vacío que queda, solamente se puede nombrar. Nada más.
Esta soledad de mí conmigo es devastadora. Cuál es el plan de fuga si la cárcel soy siempre yo.  Si nunca es suficiente. Si ya es tarde hasta para pronunciar “ya es tarde”. Qué paredes remedan qué oscuridades. Qué silencio mío salvará todas las palabras que no supe escribir. Y de qué sirve. Al final queda la noche. 

Ojalá no tuviera que decir yo, nunca, ya.
Pero incluso en las palabras hallo intermitencia.

lunes, 29 de septiembre de 2014



A ver qué boca dice tu boca
Qué palabra nombra tu nombre
Qué hambre mía te muerde
Cuál de mis ganas te escupe,
 te devuelve
a qué vida dentro de qué vida.

Dónde el aire se me acaba
en qué cadencia tuya
Cuál será la mano que abra tus compuertas
Para soltarle al mar tu mar
En qué tristeza.