Sí, te dejo que
me y luego cualquier verbo.
Estoy volcada en ti,
húmeda mercante,
como si pudieses
devolverme
junto al líquido la sed.
Me arrastra tu
vuelo
Me sepulta tu
jardín celeste
Y es placer, lo
sé
pero no quiero
hablar de flores todavía.
Insisto en ti y,
sin embargo,
ansío la lírica del que no ama.
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