La noche no pide perdón
me quiere en su garganta
para llorar adentro
sin que se vea.
Me hila los ojos
Será mejor que me apague la boca
O que la llene hasta arriba de pececillos rojos.
Que la llene hasta decir basta
Y escupa los peces
Y te escupa a ti
Con ese desprecio
que solo sabe mi palabra acuática
cuando se junta con la noche
casi tanto como tú obstinada.
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