Regresemos a
ese lugar en el que nunca estuvimos. Solo para que la memoria se acostumbre y
nos recuerde comprando palomitas en Portal de l’Àngel o haciendo pompas de jabón al borde de algún río. No pienso volver a mi niñez, a ti. Me parece
demasiado temprano y me he dormido y voy descalza con mis pies oníricos a
remojarme en algún charco seco. Te he soñado tanto que es imposible que no te
despiertes a este lado de las cosas. A este lado en el que solo fumo cuando
pinto con rodillo las paredes de tus piernas color malva. No quiero ser más un
ser lógico, abro la boca de puro aburrimiento.
No quiero
cinco minutos más para combinar la ropa, tres para elegir en el menú el primer
plato que más le pegue a este salmón.
Ya está bien
de pataletas y corbatas. De teorías solemnes sobre quién soy y como puedo
llegar a mí haciendo un círculo en el suelo con otros perdidos salvables. No me salves ni te salves, ¿ No lo entiendes?
Me dan igual los orígenes del mundo, cómo se elevan los aviones o llegan mis letras a tus ojos a través de cien millones de cables invisibles. Todo lo que me liga a la vida no tiene explicación. ¿ Para qué? Deja que fume y te siga pintando tus patitas de alambre.
Me dan igual los orígenes del mundo, cómo se elevan los aviones o llegan mis letras a tus ojos a través de cien millones de cables invisibles. Todo lo que me liga a la vida no tiene explicación. ¿ Para qué? Deja que fume y te siga pintando tus patitas de alambre.
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