Abrí la boca a este infierno líquido de vino.
Ya no tenés piel.
mi Magritte por acabar.
Esa masa acuática
que salpica y chapotea
al borde de la mañana
Un impulso cárnico te escribe
te configura los labios
como un cielo recortable
en el que engancho mi contracielo dactilar.
Entonces caíste, caímos
lluvia fina de domingo
en la permeabilidad del deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario