lunes, 14 de mayo de 2012

A Chantal Maillard.



Se apaga la voz. Se enciende el foco azul. Es capaz de perturbar el apacible silencio de una pared blanca. Alguien apoya su blanca espalda en la blanca pared. Alguien quiere escuchar la voz que se apaga cuando se enciende el foco azul.  Ese alguien soy yo. Quizás sea una señora con arrugas en las rodillas.
Antes de que se apague la voz. La voz de ti, tu viva voz que va muriendo. Dice no sé, cosas sobre la memoria, el olvido. Marchitas tras un empacho de pastillas. Entonces ¿Qué queda de ti? ¿qué queda de ti? Tras tragar saliva, tras repetir una frase antes equivocada como una mancha que tu lengua recorta. Se recortan también las opacidades en el aire.


¿Qué te queda a ti?
Tras acomodarte el cojín a la altura de los riñones ( 3 veces desde que llegué, tres veces). Tras fingir ( malfingir) que no hay un vacío después del dolor.

- no es que no haya dolor
no es que no haya vacío
Es que no hay después.

Se apaga la voz.
Se enciende el foco azul.

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