(...)
Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.
Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.
jueves, 29 de marzo de 2012
miércoles, 28 de marzo de 2012
qué picardía
vivir en el filo
en el margen de un hombro
en la deshora
en el espacio
entre dos monotonías
soñar a contraluz los sueños
matizables incluso
cuando se pasean desnudos
por el mundo tangible
en el que vivimos gravemente
como un potente tenor
retumbando catedrales.
Nuestra fotosíntesis
sobrevive de los errores pasados
de los tics insoportables
que de ti soportaría
tan solo alguna eternidad
Pero y si
es más sencillo
y nos reconfortara
encontrar gracioso
tener la boca demasiado llena de canela
fijarse en un cartel que caducó hace dos años
o en la manera de plegar las manos la cajera
al devolver el cambio
entonces volcaríamos el cielo
para estirarnos sobre el césped
y no sería solo césped
también posibles y constelaciones
pequeño paraíso
suave confort de estrellas
domingo, 25 de marzo de 2012
jueves, 22 de marzo de 2012
martes, 20 de marzo de 2012
Julio Cortázar.
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte
sábado, 17 de marzo de 2012
Canción de amor, RILKE.
¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.
Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!
viernes, 16 de marzo de 2012
setecientos treinta menos R.
Para guardarte en la memoria
como un himno de cinco letras
no preciso el egoísmo de los tristes
que cubren sus recuerdos
con pequeñas muestras de los mares del ojo
Me basta con un pequeño ritual
que empieza como diría Oliverio
con mi crucifixión al abrir
de par en par la ventana.
Pegados al cristal
inflaban sueños
golosas palometas, horizontes, azahares,
tu fantasma descarado de ojos grises
las luces de la ciudad
como un gigantesco altar
coronado por mil quinientas peticiones
y cuarenta ofrendas incendiarias
que entran ahora sí
para que venga a mí
tu nombre.
Lo repito en voz alta
como un solemne ronroneo
que cruza mi cuarto en calcetines
y se acomoda en mi falda
y no me hacen falta respuestas
creo que puedo desclavar reminiscencias
cerrar la ventana.
como un himno de cinco letras
no preciso el egoísmo de los tristes
que cubren sus recuerdos
con pequeñas muestras de los mares del ojo
Me basta con un pequeño ritual
que empieza como diría Oliverio
con mi crucifixión al abrir
de par en par la ventana.
Pegados al cristal
inflaban sueños
golosas palometas, horizontes, azahares,
tu fantasma descarado de ojos grises
las luces de la ciudad
como un gigantesco altar
coronado por mil quinientas peticiones
y cuarenta ofrendas incendiarias
que entran ahora sí
para que venga a mí
tu nombre.
Lo repito en voz alta
como un solemne ronroneo
que cruza mi cuarto en calcetines
y se acomoda en mi falda
y no me hacen falta respuestas
creo que puedo desclavar reminiscencias
cerrar la ventana.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Tienes la deliciosa manía de llevar las cejas despeinadas. Yo me doy cuenta al instante y deshago esa minúscula maraña a golpecitos con los pulgares. A juzgar por tu sonrisa, también te hace cierta gracia que sea solo yo quien descubra estos nimios secretos cotidianos. En realidad, empiezo a creer que los dejas adrede para que yo los encuentre y tú los puedas volver a esconder, eso sí dándome pistas como cuando recuestas la cabeza en mi hombro o como cuando haces pequeñas pausas tras alguna mentira piadosa que dejas caer, como un tenedor sobre un parquet, para no tener que admitir ciertas verdades.
Así, jugueteando, nos pasamos media vida: tú venga a tirar migas de pan y yo venga a observar los caminos en los que parece (si tenemos suerte y el día es claro) que las sombras de los árboles apunten con sus índices rasposos tu dulce rastro de almíbar.
De nada te servirá mirar a ambos lados antes de mojar cualquier dulce en leche, ni creer que no te he visto cuando duermes en la cuchara una pastillita de chocolate y la ahogas durante varios segundos con el café o cuando apoyas en el borde de tu boca el bote de nata y perpetras el delito perfecto de no ser por la motita blanca de la barbilla. De nada servirá mover los dedos cuando me enseñas tus uñas recién pintadas, siempre descubriré esa huella diminuta, ese pisotón mal dado por el pintauñas en el margen carnoso que te junta con el aire.
martes, 13 de marzo de 2012
lunes, 12 de marzo de 2012
Lolita, Nabokov
"Si pedimos a un hombre normal que elija a la niña más bonita en una fotografía de un grupo de colegialas o girl scouts, no siempre señalará a la nínfula. Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melancólico, con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en su sutil espinazo, para reconocer de inmediato, por signos inefables - el diseño ligeramente felino de un pómulo, la delicadeza de un miembro aterciopelado y otros indicios que la desesperación, la vergüenza y las lágrimas me prohiben enumerar- al pequeño demonio mortífero ignorante de su fantástico poder.
[...]
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita. "
domingo, 11 de marzo de 2012
hay un silencio incómodo entre dos pronombres. No creas que no me he dado cuenta o que no me importa. Este silencio se me atraganta al pronunciarlo, me sube por la espalda como un ejército de pellizcos y hace que olvide mi nombre y mi origen. Quisiera esculpirlo como a una cáscara de pipa y sin embargo esta en mi boca como una goma de mascar a la que alguien ha quitado los dulces efectos del aromatizante. Lo mastico y asumo su presencia entre mis dientes pero no me gusta, no lo quiero. ¿ A dónde han ido las palabras?
Las que ponían juntas, bisagras, pasarelas a tanto abismo y al grito tras el hueco. Las que nos hacían ignorar que el mundo es solo un planeta azul que ahoga con tanto agua los posibles. Las palabras con sus sonidos dentales, fricativos y sus frecuencias de nota recién descubierta por la enfermedad de un oído.
Quién tuviera una palabra que me justifique en ti. Qué fácil si pudiéramos decir tú y yo sin sentirnos culpables.
sábado, 10 de marzo de 2012
GIRONDO
En la terraza de un café hay una familia gris. Pasan unos senos bizcos buscando una sonrisa sobre las mesas. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana.
Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por la pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda...
Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre las ruedas de un tranvía.
Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por la pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Necesitaría dejar algún lastre sobre la vereda...
Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre las ruedas de un tranvía.
viernes, 9 de marzo de 2012
Quiero que sepas una cosa, Neruda
Tú sabes cómo es esto:
si miro la luna de cristal,
la rama roja del lento otoño en mi ventana,
si toco junto al fuego la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas que pasa por mi vida
y te decides a dejarme
a la orilla del corazón en que tengo raíces,
piensa que en ese día,
a esa hora levantaré los brazos
y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.
Pero si cada día,
cada hora sientes
que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube una flor
a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
jueves, 8 de marzo de 2012
Le crayon, la nostalgie, un bistrot en face du ciel.
No es difícil imaginar porqué prefieres las margaritas a las caléndulas, el vino blanco al tinto, las hormigas a las arañas. Solo es necesario escucharme hablar de ti. Además hace frío pese a ser casi primavera. Después de dos cafés y una magdalena de esas gigantes con la panza llena de crema me convenzo de que te ha creado el azar y la literatura, la lluvia, las preguntas y los árboles. Te ha moldeado el movimiento de mi mano, el de mi lengua contra el paladar justo cuando dije por primera vez « luz ».
No hay duda de que el hemisferio derecho de mi cerebro se sentía demasiado poderoso como para dejarme ver como te marchabas, sin más, sencilla (aunque más hermosa que el resto) con tus pasitos ligeros de gato tras el agua. Reconozco que me acostumbré a pensarte en una pose determinada o con un vivir prodigioso y empecé a llenar mi estancia de bocetos de tu rodilla, del giro de tu cuerpo cuando era siempre no, de como le sentaba la mañana a tu nuca o de como quedaban tus dedos al sacudirte las briznas de hierba del abrigo.
- Me devuelve una moneda el quiosquero, me salpica saliva al hablar y regreso a la realidad sórdida y austera donde tú nunca has estado-
Es tan simple llegar a la realidad donde te ubiqué desde el principio. Al cerrar los párpados, además de asteriscos y ensoñaciones te veía como un reflejo en un rio. Te lancé y no me averguenzo al foso donde el avaro amor guarda el olor a tierra mojada y alguna caricia por si hay sequía. Y te ví desde siempre como una Elisa o una Violante, dándote golpecitos en los labios con la parte de arriba del bolígrafo, pidiéndo deseos a una pestaña larga como un día o con los brazos estirados manteniendo el equilibrio en el margen de un océano desbocado.
Seguramente fuera premeditado y actuó antes mi imaginación de escritora frustrada. Seguramente mis palabras hicieron un libro de artista con las migajas que hacías caer a mi pico de gorrión cobarde. No dije basta suficiente y me llené los bolsillos de sonetos y hoy he lavado los jeans contigo dentro.
miércoles, 7 de marzo de 2012
la existencia.
oigo una voz
mujeres huecas de fiebre
uves de carne y de pellejo
tras la línea un silencio adoquinado.
Imagino
el espacio resultante
de restarle al cuerpo dos presencias
de añadir,
injusta divinidad,
un aliento con lo que te sobre de barro
o dos trazos sueltos al final del cuello
a los que poder llamar clavícula.
alguien me dice que como tú
invento con los ojos
y que todos estos contrastes exagerados
que me hacen ver el amor
como un cabello suelto
coqueteando con la lana de mi jersey
o como un ven
que no me sacrifique
resultan ser como todo
tan solo un mecanismo de justificar respuestas
tras decir en voz alta “verdadero”
Entonces me doy cuenta de que vivo
Por la pereza que te da
Tener que volver a escribirme.
martes, 6 de marzo de 2012
Acaso la desilusión
Sea aquello que sucede
Cuando se bajan los brazos
Y ya no duele el tórax ni los deltoides.
La finísima conciencia
Que separa a pellizcos
La desesperación y la apatía.
La liberación del caracol
Llevado en volandas a la hoja
Y el descubrimiento posterior
de que solo quedaba una carcasa babosa
- es preciso liberar a mi carcasa
y todo este vacío que transporta-.
Quizás sea aun mucho más grave
cuando la desilusión se mezcla contigo
Entonces es posible que se trate
De pruebas sutiles
como cuando al ratito de que te marches
ya no se resientan ni un poco
las sombras de tu carne aun caliente
en los pliegues de mi cama
o como cuando se declara la sublime independencia
de mi propio ser cansado de serte
esclavo de tu presencia como mordiente
para fijar los colores de mis distintas orbes
y ahora se ve capaz de crearlos él solo
amarillo con azul
jardín de las delicias
prodigios de la tarde
Quizás se vea mucho más claro
en el rastro de tu voz
adherido con las uñas al frío cuerpo del teléfono
Después del pip me queda a mí
Un eco nauseabundo
De sonidos y más sonidos
ya jamás significados.
El lado oscuro del corazón 2.
Alejandra Pizarnik, esta noche en este mundo.
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible
lunes, 5 de marzo de 2012
Olvido García Valdés
Dormías. De modo natural
cerré la puerta. Estabas en mi casa
y eras más clara de lo que fuiste
y también era clara la penumbra
de aquella habitación. Buscaba yo
otra cosa y cerré sin ruido comprobando
que ya no tenía voz. Todo
aguardaba bajo formas
de sueño...
Me obsesiona el movimiento del cosmos*
J.Cortázar, Tu más profunda piel
Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.
No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro (...)
No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro (...)
domingo, 4 de marzo de 2012
Puedo ser quien quieras. La palabra exacta. El muro saltable. A veces creo que no te importa demasiado, que aceptas que mi bol de fresas contenga un ochenta por ciento de nata, que mi jersey huela a mí (aunque sin querer se te suba al labio una mueca indescifrable), que los gorros me queden mejor o que al mover la comida para enfriarla el movimiento de mi mano sea ortopédico. Lo aceptas, desde luego. Sin embargo yo no te acepto, no. ¿Cómo iba a hacerlo? Yo te idolatro de una forma enfermiza y hago un mundo del como te llevas de un bocado media tostada, como te recoges el pelo y algunos mechones escapan y se refugian en tus sienes como una pincelada naif. Un mundo de como la belleza o la lluvia le sientan a tu carne y como lo olvidas y lloras y yo hago un mundo de nuevo de una sola de tus lágrimas.
Mientras tanto el universo persistente me bombardea con sus informaciones sobre los menos de dos segundos que tarda la luz en llegar a la tierra o me descubre la movida madrileña posmoderna, los contenedores incendiados y los gritos, los colores del invierno cuando se cree primavera, las migas que deja el hojaldre, el silencio puro entonado largamente. No es que no me importe, en realidad al pensarlo me sube sin querer al labio una mueca indescifrable. Entonces pienso y si…
El puro NO. Oliverio Girondo
El no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
ni yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
ni yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no
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