lunes, 27 de febrero de 2012


Para hablar de vos
recurro al librito
que tengo en la cómoda de mi cuarto.
Allí están recogidos
con delicioso acierto
todos los vos que tengo en mí. 
Son al fin y al cabo transcripciones
de todo aquello que sos
y que vos misma anunciás al mundo
pero que el mundo no es capaz de ver
que imbécil el mundo.


en el fondo se trata de proyecciones
de colores disolubles en agua
de colores de luz que crean imágenes
espacios planos o curvados que acogen
pequeños gestos, nivolas y ensoñaciones.
Para poder veros cierro los ojos
y creo en un mundo que también os ve
proyectada en las fachadas modernistas
en los suelos de los patios
en los relojes gigantes que siempre dan mal la hora
en las arenas de las playas
donde siempre hay tiempo
para un cristal redondeado
por la tenaz insistencia de las olas.
    me presto a ser pantalla
no lo niego
mi alma se rinde a la luz
y se vuelve clara tan solo
para que podás al fin proyectarte como el film definitivo.
Deseo que quede en penumbra
solo lo que podamos recoger con una pala
todo lo demás que muera hecho añicos
no importa
ahora lo necesario es mucho más de vos
menos del mundo
o como mínimo que tus proyecciones,
hormiguita linda de sonrosados labios
le suban a ese imbécil descarado por el brazo.

domingo, 26 de febrero de 2012

hay sentada en las escaleras
una parte del mi que escribe
busco una palabra
que me salve.
En esta huida al mi primero
al orígen de mi mi obsceno y desnudo
No necesito preguntarme en que he fallado
a veces es tan simple
como un intento fracasado de encender una vela.
Entonces busco en la calle
una forma de andar arrastrando los pies
un camello desorientado esperando un taxi
un olor de casa sola
la primera flor de un árbol
para incluirlo todo en este folio
Acaso sienta
que las imágenes quizás sí puedan liberarme
de mi entregada búsqueda
al mi donde siempre te encuentro
cuya mirada no esquivo
cuyo fin en ti conozco.

sábado, 25 de febrero de 2012

SALINAS, si te quiero



Lo que eres
me distrae de lo que dices.
Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron.
Miras de pronto a los lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara
a buscarlo ya tu alma
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar.
Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.
En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer

miércoles, 22 de febrero de 2012

ce n'est pas un pull over



Nos lo endosamos
Lo adherimos a nuestra piel
Con sus texturas de lazo cruzado a la espalda.
Nos hace altos y espigados como un verso de hormigas en un árbol
Y confundimos nuestro papel
A ratos espiga o astro
A ratos niño perverso con una lupa en la mano.  


Con el tiempo se empapa del ruido y de la lluvia
De letras en mayúsculas y puntuaciones rotundas
De muslos ajenos y de abismos
De miradas que se olvidan de mirar
De gritos  y respuestas que nadie ha pedido
Entonces camina con las piernas arqueadas
Por el peso de tanta culpa
Voltea la calle
Con la intención de marcharse
Ha desteñido tanto
que se resiente  el sagrado código de los cromatismos


Entonces es cuando debemos dejarlo tender
Sin decirle adiós con un guiño
Ni siquiera levantarle las cejas
Nada.
Solo dejarlo tender
Con las pinzas bonitas hacer clic
En sus redondeadas puntas
Con las manos suaves y el ademán sencillo
Como cuando se quiere con un gesto
Tejer el amanecer.
Cuando este bien seco
Es preciso recogerlo con mimo
Afrontando que ya no olerá a nuevo
Que le habrá quedado algún agujerillo del tabaco de otro
Que tendrá alguna pelusa que pellizcar con las uñas
Que quizás este algo rígido
Por que la luz que le ha dado
Es aquella azul y artificial
Que se cuela en los patios.

martes, 21 de febrero de 2012

J.Gil de Biedma, happy ending



Aunque la noche, conmigo, 
        no la duermas ya,
sólo el azar nos dirá 
        si es definitivo.

Que aunque el gusto nunca más
        vuelve a ser el mismo,
en la vida los olvidos
        no suelen durar.

lunes, 20 de febrero de 2012

LA TIERRA (LO ETERNO) Blas de Otero


...Un mundo como un árbol desgajado.
Una generación desarraigada.
Unos hombres sin más destino que
apuntalar las ruinas.
                                          Romper el mar
en el mar, como un himen inmenso,
mecen los árboles el silencio verde,
las estrellas crepitan, yo las oigo... 



Intento que no me pese demasiado
toda la eternidad que me llevas de ventaja.

domingo, 19 de febrero de 2012

No me pertenezco.
mis manos, mis extremidades azules
mi saliva y el vaivén a tu boca
el cabello ceniza cuando no le da la luz
la sombra de mis ojos
los trazos sueltos de mis uñas a tu espalda
Te los he dado,
en un macabro festín de carne
y tú has esbozado otra valsa de la medusa.
No pretendas más
no me pertenezco
ni son de mí mis labios
aunque sepan decírtelo
ni los espacios entre mis pestañas
ni los huesos de mis caderas
 ni los lóbulos de mis orejas
te los he dado

sin embargo no soy mía.

miércoles, 15 de febrero de 2012



 Desgranabas el tamarindo con dos dedos
los mismos con los que pellizcabas la sal
o simulabas el sonido de una lluvia finísima.
Podría hablar durante horas de aquel olor compartido
a tabaco de poeta y  tarde de viernes
 sobre un alféizar de abedul
luego retomaría la temática de tus dedos alargados
llenos de surcos  
sobre los que plantar todo un futuro de caricia
sin acudir siquiera una vez a la palabra deseo.


Ahora recojo, esta vez con mis dedos
La memoria de aquellos detalles ínfimos
que amontono como haciendo una cresta
De finos capilares del pasado.

No quiero abrir la menuda puerta
Que separa tu jaula de mi presente
En este espacio de confort concentro todos los detalles
Que hablan de tues poéticos
Y de ti sencillamente
Sin más lirismo que el de saber que vives.
Seguramente me falte empatía
Y me sobre pavor ante la potencial victoria
De las miradas de otros o la del propio olvido.
Sin embargo sé que quedarían preciosos
Todos tus detalles
Decorando una callejuela del centro
como una gárgola hermosa
o un globo de helio
enredado en los cabellos de una catedral.


lunes, 13 de febrero de 2012

Confesiones, Luis G.Montero


Yo te estaba esperando.
Más allá del invierno, en el cincuenta y ocho,
de la letra sin pulso y el verano
de mi primera carta,
por los pasillos lentos y el examen,
a través de los libros, de las tardes de fútbol,
de la flor que no quiso convertirse en almohada,
más allá del muchacho obligado a la luna,
por debajo de todo lo que amé,
yo te estaba esperando.
Yo te estoy esperando.
Por detrás de las noches y las calles,
de las hojas pisadas
y de las obras públicas
y de los comentarios de la gente,
por encima de todo lo que soy,
de algunos restaurantes a los que ya no vamos,
con más prisa que el tiempo que me huye,
más cerca de la luz y de la tierra,
yo te estoy esperando.
Y seguiré esperando.
Como los amarillos del otoño,
todavía palabra de amor ante el silencio,
cuando la piel se apague,
cuando el amor se abrace con la muerte
y se pongan mas serias nuestras fotografías,
sobre el acantilado del recuerdo,
después que mi memoria se convierta en arena,
por detrás de la última mentira,
yo seguiré esperando.

sábado, 11 de febrero de 2012


Corrige al poeta 
llénale la boca de cemento
que le pesen las metáforas
cualquier elemento extravivencial
debe ser aniquilado.
Es tan fácil como que Walt Whitman ha vuelto
alguien ha hecho sonar una campana para anunciarlo
y ahora todos lo saben.
No puede esconderse 
míralo como se hincha y merodea entre las nubes
y baja en picado hasta convertirse 
en una callejuela oscura,
una letra torcida mordiendo celulosa
una estelita de piel seca bordeándote la nariz.
La vida, el amor, el destino, la muerte, el dolor
solo son renglones de letras 
que persiguen la gloria
demasiadas espirales que retroceden
demasiadas respuestas.

una brizna de hierba
una cuchara dormida sobre un platito de porcelana
una mano alargada que me estrecha las costillas. 

jueves, 9 de febrero de 2012




Debería prescribirlo un médico: receta para no hablar de ti, receta para no pensar en ti. Receta contra los pronombres de segunda persona ( por si acaso).
"No pensarte, no pensarte".Me lo impongo como norma antes de empezar a teclear, antes de tirarle aire caliente a mi bolígrafo e inclinar unos centímetros el folio. Me lo impongo y cierro los ojos tanto que veo círculos y estrellitas planeadas por alguna luz con manos de caleidoscopio. Poco a poco te vas difuminando al pensar que en el día me han pasado mil cosas dignas de ocupar un trocito de papel, una pausa en la comida. Oigo a un camarero decir que la nicotina tarda siete segundos en alcanzar el cerebro y pienso que fuiste nicotina para mi corazón propenso más que ningun otro a bombear adicciones y no dejarlas salir de mi sistema neurológico. Otra vez tú.

Se me ocurre que quizás pueda hacerte desaparecer elaborando una lista con los detalles que alteran la saturación de mis pequeñas fotografías cotidianas. Así que hago un uno estirado y digno y expongo un argumento: la poquita luz que entra ahora en mi habitación y como mi imaginación me dicta sueños prehistóricos en esa gran cueva donde jamás es invierno. Luego hago un dos más redondito: dos calcetines que no son parejos y que lleva mi madre debajo del pijama sin perder un ápice de elegancia  y ganando en cambio varios puntos extra de ternura (recordar darle un beso). Luego escribo un tres que se parece sospechosamente a un ocho y escribo: Las vibrantes en la lengua de un gato cuando lo coges desprevenido y el posterior sonido hueco que se produce cuando su cabeza diminuta impacta con la pata de una mesa. El cuatro me sale solo: El jarrón de cerámica que alberga romero en lugar de leche. El silencio entre dos tonos del teléfono me parece suficiente como para ser mi cinco. El tonteo entre dos ramitas que casi se tocan pero temen el desahucio y hacen ver que ni se miran.

Varios puntos después lo tacho todo. Sigo pensando en la nicotina. En los siete segundos. En ti. Me pongo el abrigo, empieza a ser urgente. El médico debe prescribirme una receta.

miércoles, 8 de febrero de 2012





Mirá que vos sabés la gravedad del asunto y silbás o huís o mirás al tercer azulejo de la cocina empezando desde el techo. Mi dispiace, lo siento, esto es mucho más grave. No rehuyamos el asunto poniéndole nombre o hablando de fanfarronerías como el amor u otras etiquetas igualmente válidas o igualmente insuficientes. El amor es tan solo un aglomerado de felices circunstancias como compartir palomitas, utilizar hiperbólicamente el posesivo o decir te quiero varias veces al día (algunas incluso hermosas como por ejemplo cuando mientras preparás una quiche te encuentro ante la encimera tarareando una canción que aun nadie ha escrito).
No interrumpiré jamás tus cabezonerías ni tus desequilibrios, me encantan desde todos sus ángulos y concavidades pero es hora de reconocer el miedo que tenemos. A mi me acechan las sombras, los fantasmas de vos a todas horas, las pequeñas ranuras que me llevan a la luz y recuerdo la de vos, las mariposas que tienen cara de bisagra y se asoman a las puertas y reverberan en todos estos huecos tras la carcasa.


No juguemos más a la bobada de la patria pues si la patria es el tórax, un pulmón, el clítoris, el cuello, los dedos de ambas manos tenemos que aceptar que ya no nos pertenece, nos la entregamos vos la vuestra y yo la mía, en un acto de reciprocidad estúpidamente puro y a la eternidad no podemos irle ahora con pagarés. Es demasiado astuta. Así que reconozcamos de una vez que somos apátridas, elementos que fluctúan y que luchan por perpetuarse sabiéndose incompletos.


Entendé de una vez la gravedad del asunto.

martes, 7 de febrero de 2012


"Julio Cortázar contaba a menudo aquella vez, de niño, que se despertó sobresaltado. Lo había sacado del sueño, abruptamente, un sonido afilado. Extraño y desconocido.
Lloraba y su madre se acercó hasta su cama. "Es un gallo", le dijo. "No te asustés". Y el pequeño Cortázar -los ojos de un azul casi líquido- siguió llorando, desconsolado, porque no sabía lo que era un gallo, y el nombre le resultó mucho más amenazante que su canto."