sábado, 26 de enero de 2013

No nos hizo falta que el sol nos transluciera los motivos. Solo asomarnos mutuamente, atravesar el dolor como un mago con espadas un contenedor de mujeres semidesnudas. Jamás fuiste la Maga. No hundiste tu mano en la nieve, ni pusiste tus sucios pies descalzos sobre el ladrillo mientras el tocadiscos llovía jazz sobre tus labios. Ninguna Madame Leonie te cogió la mano para leer la mía y jamás el Pont des Arts interrogó con su hierro a tus heridas.

 No fuiste tú la que pronunciaba Rocamadour fijando la lengua a los dientes, hueso que encuentra en la carne un húmedo huésped de dos segundos. En nada te pareces a una frágil flor amarilla, ni te sería suficiente un bizcochito, una pelusa.

 Pero este día, en el que veo a tu cuerpo estirado recortarse tras el muro del portal. Pero este día en el que socorro a tu mirada y sin querer lloro, y siento como me arden de pura tristeza las orejas. Y me marcho en el silencio más sonoro porque entiendo que te vas y conozco tu dicha y envidio al océano desbocado que esculpirá pasiones sobre tus dorados muslos y no será el océano sino alguien que te estará queriendo más de lo que yo supe. Pero este día, entiendo al fin que no nos hizo falta nada más. Que jamás serás la Maga y sin embargo, Maga mía, nada puede sujetar ni tanto amor ni tanta ternura.



http://www.youtube.com/watch?v=guvY8Qbac7E)

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